29 enero 2011

Road to the Oscars 2011. Crítica: 127 horas

Hace mucho tiempo que se habla de esta película como una de las favoritas a alzarse con la victoria en los Oscars de 2011. Como principales bazas usaban una historia verídica, un director que ya sabe lo que es dar el campanazo en estos premios como lo es Danny Boyle, y la gran actuación de un James Franco que hasta ahora, había pasado de puntillas por Hollywood.



127 horas cuenta el episodio más duro de la vida de Aron Ralston. Aron era un ingeniero que en 2002 dejó su trabajo para dedicarse a su pasión, el alpinismo y los deportes de riesgo. En 2003, el aventurero partió hacia el Blue John Canyon un viernes noche, un territorio que conocía a la perfección. Allí sufrió un accidente en uno de los tajos, y su brazo quedó atrapado por una roca. Allí, solo, perdido en mitad de la nada, y sin que nadie supiera donde estaba, Aron estuvo más de cinco días luchando contra el hambre, el frío y él mismo, hasta que acabó haciendo lo único posible para salvarse: amputarse el brazo.

Danny Boyle deja claro desde el principio de la película que no iba a caer en el dramatismo propio que podía tener la historia. Ya en el principio, la estética empieza a recordar a su oscarizada Slumdog Millonaire, para pasar en pocos minutos a los terrenos áridos del Blue John Canyon. Allí, se empieza a ver el carácter de Aron, cuando quiere bajar el tiempo que la guía turística estima entre su coche y el cañón si vas en bicicleta, e intenta ligar con dos chicas que se han perdido, enseñándoles rutas especiales.

Aron intentaba ligar un poco antes de pasarse 5 días con el brazo encerrado
Después de todo este buen rollo, empieza lo crudo de la película. Aron empieza su ruta senderista, pone el pie donde no debe y se despeña junto a una roca, que queda incrustada en el cañón atrapándole el brazo. Es entonces cuando James Franco empieza a lucirse. En toda su estancia en el cañón solo cuenta con la compañía de su videocámara, que le permitió aferrarse a la cordura y registró con ella todo lo acontecido en su cautiverio.

La actuación de Franco es sublime; mejorando cuanto más va enloqueciendo Aron. El momento "programa de televisión" es espectacular, y es capaz de sacar una sonrisa al espectador cuando estás viendo a la vez que te ríes, la situación es muy grave. Gracias a estos ataques de locura que le empiezan a dar, se puede desconectar un poco de lo que sucede dentro del tajo, ya que Aron empieza a recordar cosas de su pasado: su relación con los padres, con su ex... y empieza a tener premoniciones del futuro, donde ve a su hijo y a su mujer. Esta es la única forma para que la película no se quede estancada en el mismo sitio.

Pero es lógico que en la situación del film, la mayoría de éste suceda en el mismo sitio, con James Franco en el plano y encerrado entre dos paredes. Y ese es otro gran mérito de Danny Boyle. Gracias a esos movimientos de cámara, los travellings y el montaje de la propia película, se crea un dinamismo impropio de las características de la película.

Como se ve en la foto, hay que dar gracias de que Aron no era claustrofóbico
Eso sí, hay que decir que hay momentos muy duros. Para mí, un amante de las películas donde hay casquería y sangre, la parte de la amputación es realmente espeluznante. Reconozco haber apartado la vista algunas veces, pese a saber como acababa la película y esperar el duro final. Porque esa es otra de las grandes bazas de 127 horas. Es una historia que sabes como acaba, y pasas 90 minutos en tensión, esperando ese final, sin que a la película le sobre nada.

LO MEJOR: Que Scooby Doo entre en la trama de la película. No, en serio, lo mejor es James Franco. Creo que si Franco sigue por eso camino, se ha consolidado un muy buen actor.
LO PEOR: Que de antemano, se conozca el final. Es algo que viene con la película, es verdad, y que le da más crudeza ya que es una historia real. Pero si la historia no llega a ser conocida, hubiera sido un bombazo de final.
NOTA: IMBD: 8,2. FilmAffinity: 7,4. Partido y Peli: 9. Le doy un sobrasaliente porque Danny boyle ha cogido una historia que quizás con media hora se podría haber solucionado, y ha sido capaz de convertirla en película. En una muy buena película. La historia es la que es, y quizás ese punto débil, lo ha transformado en punto fuerte.

27 enero 2011

Road to the Oscars 2011. Crítica Origen

EL otro día se dieron a conocer las nominaciones para los Oscars 2011. Para que los lectores se hagan una idea de las películas que han sido nominadas, ire colgando las críticas de las elegidas para mejor película, y si sobra tiempo, alguna que otra destacada por nominaciones a mejor actor o actriz. Y que mejor  forma de empezar que con la crítica que ya puse en mi anterior blog hablando de la paranoia de Nolan: Origen.


Origen es un aparato con el que la gente se puede meter en el sueño de otra gente. Esto es muy útil para robar ideas, y es lo que hace don Leonardo DiCaprio para ganarse la vida hasta que pueda comprar su libertad. Tras un trabajo fallido, a DiCaprio, al que llamaremos Cobb a partir de ahora, le ofrecen un trabajo algo diferente: meter un idea en la cabeza de alguien en vez de robarla.

Esto es más complicado que los trabajos a los que el grupo está acostumbrado a hacer, porque la propia persona al despertar se daría cuenta que alguien le ha metido esa idea y no cuajaría. Por eso, él mismo sujeto se tiene que inculcar la idea. Para este trabajo, Cobb reuné a un equipo de trabajo adecuado: su inseparable compañero Arthur (Joseph Gordon-Levitt, el adolescente de Cosas de Marcianos), Ariadne (Ellen Page), una joven estudiante que actuará como arquitecta de los sueños, Earnes (Tom Hardy), experto en el disfraz,  Saito (Ken Watanabe), el japonés que contrata a Cobb para el trabajo, y Yusuf (Dileep Rao), un químico que elaborará un sedante muy potente para llevar a cabo la misión. El problema viene cuando a Cobb se le empieza a aparecer en sus sueños su mujer, Mal (Marion Cotillard), con un acento francés que parece ruso y que no se a que viene.

Siempre hay tiempo para que el señor Cobb imite a Chiquito de la Calzada
¿Por qué dije al principio que es la paranoia de Nolan? Bien, porque para que el trabajo sea realizado con éxito se trabaja en un sueño, dentro de un sueño, dentro de un sueño. Eso sí que son tres dimensiones y no lo que usaron en Lluvia de albóndigas. El salto entre estos tres planos espacio-temporales puede resultar complicado, por eso hay que estar muy atento y no perderse ni un detalle de la película.

Cabe destacar que es la primera vez que veo un film de acción sin que haya un sólo malo en la historia. Sí, hay tiros, explosiones y demás, pero las proyecciones que lo hacen no son malos. Nolan es tan genial que es capaz de montar una película así sin villanos de por medio.

El mejor chiste que se podía hacer sobre la película
Pero donde gana la película es en el final. No recordaba un final tan apasionante desde hace mucho. La última media hora te tiene pegado a la butaca con una trepidante contrarreloj que ni la de la Contador en el último Tour de Francia. ¿Y todo para qué? Para (atención spoiler) que te deje con un final abierto con dos posibilidades muy razonables (fin del spoiler). ¿Qué consigue Nolan con esto? Por lo menos en mi caso que estuviera hablando de la película hasta tres días después de verla para comparar opiniones.

Nota IMDB: 9.1 Nota FilmAffinity: 8.2 Nota de Partido y Peli: 8.75. Casi sobresaliente para el sueño de Nolan, que quizás con alguna explicación mejor y un mayor aprovechamiento de los personajes, hubiera conseguido.

Lo mejor: Los 30 minutos finales en los que los tres planos se mezclan y te ponen en una tensión increíble
Lo peor: Tanto enmarañamiento que parece cerrar fallos de guión que realmente no hay y tardar en entender la película en plenitud tres días.

Nolan se supera y no puedo esperar a ver que hace con la tercera parte de Batman.

12 enero 2011

Crítica: En los próximos tres días

Russell Crowe como protagonista y Paul Haggis como director. Se apetecía una buena velada de cine. Bien es cierto que hasta que pise el edificio, no había oído hablar de la película, pero con esos ingredientes, se apetecía interesante. ¿Resultado? Continúa leyendo y lo sabrás.


En los próximos tres días es un thriller que muestra el punto de desesperación que puede llegar a alcanzar un padre de familia que ve como se llevan a su mujer arrestada, por un delito que él piensa que no ha hecho, y delante de su hijo pequeño. Al ver como la justicia no funciona, este padre de familia pretende, al más puro estilo Prison Break, que su mujer se fugue de la cárcel para empezar una nueva vida.

Al padre de familia lo encarna Russell Crowe, que lleva todo el peso interpretativo y lo resuelve con solvencia. El físico que luce, mucho más entrado en carnes que en años anteriores, le obliga a encarnar personajes como este, mas psicológicos, y que se alejan de gladiadores pasados. Por eso, su elección para Robin Hood no fue quizás la más adecuada, y parece que Crowe se ha dado cuenta. Le acompaña (si se puede decir así) Elizabeth Banks, que hace de su mujer y que no llega a hacerse apreciar en la cinta.

Es destacable dos cameos de renombre. Olivia Wilde como madre de una compañera del hijo de Crowe, y Liam Neeson, en el papel de un fugado de la cárcel. Esos detalles están bien, hacen "popular" a la película. Son guiños que al público le gusta, pero que a la vez, te deja un poco con mal sabor de boca. ¿Se podrían haber aprovechado más estas apariciones? El papel de Olivia Wilde es totalmente plano y el de Liam Neeson podía haber aparecido alguna otra vez.

El matrimonio Brennan, una pareja muy peculiar
Pero también te llevas grandes sorpresas. El agente Lieutenant Nabuls, interpretado por Lennie James, es totalmente inolvidable. Nabuls debe ser el agente de policía más listo del mundo, ya que adivina todos los pasos que Crowe tomaba, eso sí, demasiado tarde. Pero ahí estaba, por muy rocambolesco que fuera la situación, adivinando lo que pasaba. Parecido es el detective Queen (Jason Beghe) que adivina las cosas pero muy tarde para actuar. Muuuuuuy tarde.

En los próximos tres días es un remake que se puede calificar como un poco innecesario. Hace tan solo unos años de la original Pour Elle, y es una autentica fotocopia de esta. Eso sí, bastante más masticada para el espectador, ya que Paul Haggis se ocupa de que no pueda haber ningún malentendido ni deja nada a la imaginación. ¿Eso es bueno o malo? Pues según para quien. Hay personas que les gusta que le den las cosas obvias, no porque sean cortos, sino porque debe quedar todo cerrado; y otras que prefieren dejar elementos para que el espectador fabrique conclusiones. ¿Para mí? Una mezcla de ambas sería lo correcto.


Olivia Wilde es de lo más sorprendente en la película. ¿una actriz de su calibre para ese papel?
También hay algunas escenas un tanto raras. Parece que están hechas para rellenar y hacen que el ritmo de tensión se venga abajo. Sobre todo la parte del hospital, hay concretamente dos escenas que no sé si es a propósito o no, pero que por intentar arrancar una sonrisa, rompe esa carga de adrenalina que llega a alcanzar la escena.

LO MEJOR: Ver que Russell Crowe sigue siendo un tipo duro. La edad y el físico solamente le trasforman en la elección de papeles, pero sigue siendo uno de los duros y carismáticos de Hollywood.
LO PEOR: Como la historia se alarga sin venir a cuento. A veces pienso que hace años, películas así se hacían contando todo en hora y media. Ahora parece que para decir lo mismo, hace falta mucho más tiempo.
NOTA: IMDB: 7,3. Filmaffinity: 6,5 Partido y Peli: 5. Creo que es una película entretenida. Entretenida para verla una noche en Antena 3 que no tengas nada que hacer, o en una de estas tardes de fin de semana. Pero no veo que de para más. Un argumento muy trillado, pero con buenos nombres en el reparto. La película aprueba por Crowe y por la tensión que si sabe imprimir en ciertos momentos.

10 enero 2011

Messi, Balón de Oro 2010

Xavi, Messi e Iniesta. Estos eran los tres candidatos al Balón de Oro y los tres se lo merecían. En mi opinión, este galardón tendría que haber ido para Sneijder, o por lo menos, que el holandés se hubiera colado entre los finalistas; pero bueno, son tres dignos finalistas. Finalmente, el que parecía descartado de la lucha, Leo Messi, es el que se ha alzado con el título. ¿Es justo? ¿Debería haber ganado alguno de los españoles el galardón?

Este año la entrega del premio ha sido un tanto peculiar. No recuerdo ningún año que premiar a cualquiera de los tres nominados fuera igual de justo, y este año lo era. Quizás es verdad que el premiar a Messi ha sido algo controvertido, pero... ¿realmente hay alguien que pueda negar que Messi es ahora mismo el mejor del mundo? Esa afirmación es hoy día casi imposible de rebatir. El problema es otro. ¿Qué premia el Balón de Oro? Ese es el gran tongo y no el que la gente dice por Internet.


Messi Posa con el galardón de esta edición
Porque sí. Sí se podría haber premiado a Xavi. Es más, Xavi no es que se merezca un Balón de Oro, merece un premio aparte. Xavi es el fútbol en estado puro, el motor de los dos mejores equipos que hay actualmente, como son el Barça y la selección española, y además es el carácter que se impone en el terreno de juego. Pero desde luego este no ha sido su mejor año. Si se le tenía que haber premiado, fue en 2009, cuando el Barcelona ganó seis títulos y un año antes había ganado una Eurocopa.

Iniesta también podría haber conquistado el título. Todos los años que hay Mundial, se suele premiar a uno de los ganadores. Y de la selección española, quizás este año el más adecuado sería Iniesta, que marcó el gol que le dio el título a La Roja. ¿Pero realmente estamos todos de acuerdo en que se premie a alguien con el Balón de Oro por un gol? La temporada de Iniesta no fue realmente destacable, aunque sí fue muy buena. Es más, pienso que es el único español que en un futuro puede competir por un Balón de Oro (junto con Casillas). Pero este año no. Grandísimo Mundial el suyo pero no acorde con la temporada pasada.

Y llegamos a Messi. Cierto es que este año, a nivel de títulos no ha sido el suyo. Solo ha ganado la liga, y con Argentina no suele brillar. Pero simplemente hay que mirar sus números en el Barcelona para comprender que es de otro planeta. Con echar la vista a lo mas reciente, vemos como Messi y Cristiano Ronaldo son los jugadores que marcan diferencias a nivel mundial. Él solo ha sido capaz de ganar partidos, y en los choques grandes, se crece. Como futbolista, es el mejor que hay, el más completo y el más desequilibrante. Con esos argumentos, ¿cómo no premiarle?


Iniesta chutando el tiro ganador en el Mundial de Sudáfrica

Pero sí es verdad, que Messi teniendo ya el premio del año pasado, el Balón de Oro podría haber ido a Xavi, que difícilmente pueda optar otro año. La edad empieza a acecharle y las lesiones comienzan a perseguirle. En mi lista de favoritos, Xavi era el primero. Pero ¿quién puede discutirle el premio a Messi? Creo que simplemente, el ansia de que un español gane este título nos ha cegado un poco.

El problema radica en que cada año, el criterio para premiar cambia. Unos años se premia al representante que más títulos gana, como el año que ganó Owen a Raúl. Otros se premia al campeón del Mundial, como cuando ganó Cannavaro. Y en otros años sí premian al mejor jugador por su juego. Este caos de criterios provoca que nunca se sepa el qué hay valorar, y de ahí creo que viene el enfado en España.

Pero si de algo nos ha servido este premio, es para apreciar al único español que ha ganado este premio, Luis Suárez. Aunque creo que poco tiempo tendrá Suárez este honor. Se acercan mejores tiempos para el fútbol español. Tiempos aún mejores.