Crítica: ¿Para qué sirve un oso?

Tengo muchas críticas pendientes y poco tiempo para dedicarle al blog. Pero se intentará mantenerlo, lo prometo. Vamos a retomar la vena cinéfila con la crítica de ¿Para qué sirve un oso?, una de las películas triunfadoras del Festival de Málaga con tres Biznagas de Plata.

¿Para qué sirve un oso? Es una comedía de fondo ecológico que intenta concienciar a través de la risa. Para ello, Tom Fernández ha repetido con el reparto de su primera película, La torre de Suso, y es que la pareja Javier Cámara-Gonzalo de Castro es posiblemente, de las mejores que se puede encontrar en todo el cine español. La química surgida en 7 vidas continúa existiendo años después y no se descartaría que este dúo siga apareciendo en más películas.

La película cuenta como Guillermo, un geólogo (Javier Cámara) que trabaja en el Polo Norte, encuentra un brote de vegetación y se vuelve a su casa desencantado con el mundo, ya que el deshielo de los polos es ya insalvable. En casa está la niñera (Gerladine Chaplin) que cuidó de él y su hermano cuando eran pequeños. Ella le obliga a buscar a su hermano Alejandro (Gonzalo de Castro), un zoólogo experto en osos que vive en el bosque intentando salvarlo de una inmobiliaria al buscar un oso que demuestre que debe ser paraje natural.

Junto con De Castro vive “el chaval” (Jesse Johnson), un aspirante a zoólogo americano que admira la figura de Alejandro y que queda enamorado de la maestra del pueblo, Rosa (Oona Chaplin). Para completar el reparto está Natalia (Emma Suárez), la veterinaria que se encarga de atender a Alejandro, y su hija Daniela (Sira García).

La trampilla con la que al gente queda atrapada es un recurso muy usado en la película

Si destacable es la pareja protagonista, habría que quedarse con la actuación de la pequeña Sira García. La niña de tan sólo ocho años, pese a que su peso en la película es poco y sobre todo al final, encandila a todos con su inocencia a veces fingida y a veces descontrolada. Pese a que ahora no tiene ningún proyecto (es todavía muy pequeña), ahí hay una gran actriz metida en un pequeño cuerpo todavía. Pero quien se lleva la palma es Geraldine Chaplin. Sus breves apariciones le valieron la Biznaga de Plata en Málaga muy merecidamente. Cada vez que aparecía conseguía sacar una sonrisa al público, además de tener el papel de ser la responsable de que se desencadene la historia.

En donde flojea la película es en la historia. Se centra demasiado en querer tener una moraleja y se olvida que son 100 minutos en los que tiene que haber un argumento. Sino fuera por el buen hacer de los actores, del director (que casualmente también es el guionista) y sobre todo, de la fotografía, la película quedaría muerta. Incluso dentro de los actores hay cosas raras. La historia de “el chaval” y Rosa sobra bastante y parece que está de relleno. No hubiera pasado nada si esa historia no ocurriera y la película durara 80 minutos. Es más, hubiera ganado mucho, ya que una comedia como esta, debiera ser fácil de ver y ligera. Planteado lo que se plantea, 100 minutos me parece mucho tiempo y hace que el espectador se sienta cansado.

Tratar con Daniela requiere de mucha paciencia

Un gran acierto, a la vez que una necesidad, ha sido la fotografía. Una película ecologista como está necesitaba un ambiente óptimo para ello. La fotografía y la localización han sido fundamentales. Los paisajes asturianos a los que parece que Gonzalo de Castro esté abonado, unido a la labor de Arnau Valls, forma un ambiente bucólico al que todos desearían ir. Sin ninguna duda, el gran atractivo de este filme.

LO MEJOR: La pareja Cámara-De Castro y la fotografía. A quien le guste la pareja protagonista, disfrutará mucho de la película
LO PEOR: Una historia bonita perr sosa, contada de una forma algo aburrida. Elementos que sobran. Con otros nexos hubiera sido mucho más destacable.
NOTA: IMDB: 4,7. Filmaffinity: 5,5. Partido y Peli: 5,5. La película gana con el tiempo. Cuando sales del cine estás un poco que no sabes si te ha gustado o no, pero con el reposo la vas reflexionando y ves que tan mal no ha estado. Te ríes, tiene un mensaje bonito, pero ya está. No es ningún imperdible, pero su visionado es agradable.

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