05 noviembre 2011

Crítica: La voz dormida

Si hay un tema explotado en España en los últimos años cinematográficamente hablando, es sin duda la Guerra Civil y su posguerra. Benito Zambrano ha optado por adaptar el exitoso libro de Dulce Chacón, La voz dormida, un título ya encumbrado y con el que guiarse en su primera incursión en este tema. Esto es jugar con un arma de doble filo, ya que una mala adpatación podría haberle estrellado, pero no ha sido para nada eso. La película es como es, pero gracias a María León merece la pena verla. Ha pasado de ser “la hermana de”, a una actriz con nombre y apellidos.



Zambrano es un director que masca mucho las cosas antes de grabar. Ha llevado a cabo tres películas: Solas en 1999, Habana Blues en 2005 y La voz dormida en 2011. Eso se nota, y es que cada producción tiene un poco de Zambrano en ella. No se mata por sacar película por año, sino que prefiere cuidar su producto y elegir bien lo que le llega. Con esta manera de actuar, dudo que se equivoque en algún trabajo.

La historia es muy simple, y esa es una de las cosas en las que flojea la cinta. Hortensia (Inma Cuesta) es encarcelada en una prisión para mujeres por pertenecer al Partido Comunista. Ella está embarazada y tiene la esperanza de librarse de la pena de muerte por esa circunstancia. Su hermana Pepita (María León) va desde Córdoba a Madrid para intentar ayudarla en lo que fuera y es contratada de sirvienta en una casa de postín.

Empiezan después a mezclarse apariciones del marido de Hortensia (Daniel Holguín) y sus movimientos de guerrilla junto a su compañero Paulino (Marc Clotet), interesado en ennoviarse con Pepita. En definitiva, se ve una clara situación de desesperación ante la imposibilidad de Pepita por librar de su pena a su hermana, que se quedará sin cuidar a su hija, tras intentar librarse de la condena de todas las maneras posibles. Eso Pepita, porque Hortensia se niega a renunciar a sus ideales.

María León llena la pantalla, pero esta foto la llena la mujer de la derecha... 
María León está impresionante toda la película. Nunca he sido mucho de esta actriz, no me parecía natural actuando, pero gracias a esta cinta se ha revindicado. También es cierto que el papel se ceñía perfectamente al registro que la actriz sevillana puede ofrecer, pero no le quita ningún mérito a un papel que huele a Goya desde que la ves diez minutos. Hay algo muy destacable de esta actriz en esta película concretamente (en sus demás apariciones no tanto, la verdad) y es que te hace sentir orgulloso de tener acento andaluz. Bravo por ella.

Otra que borda un acento andaluz muy natural es Inma Cuesta, algo difícil de comprender cuando ella es valenciana. Cuando digo en estos dos casos que uno se siente orgulloso es cuando después de ver acentos como el de la Juani en Médico de Familia, o de propios andaluces que fuerzan su acento para hacerlo más pronunciado, uno sentía vergüenza ajena. Esta película, y seguro que muy trabajado por Zambrano, hace que salga todo natural, pues si las protagonistas son andaluzas, no se debe ni exagerar ni ocultar el acento, sino hablarlo como se habla.

En las dos últimas películas que he visto salía Inma Cuesta... al final me paso a Águila Roja
Eso sí, no hay dejar de decir, que pese a ser un tema manido, esta es una historia que te llega al corazón. Ver a las dos hermanas separadas por las rejas, apenas escuchándose y hablándose a gritos, hace que hasta al más duro se le ablande el corazón. Zambrano sabe tocar la fibra sensible como ya lo hizo en Solas, y aquí vuelve a dar una lección de sensibilidad. Maneja a la perfección los elementos para que durante toda la película se te forme un nudo en el estómago.

Al final, piensas que pese a estar bien, no es para que fuera a los Oscars. Al igual que Pa negre, no cuenta una historia que a los norteamericanos los llegue, y por lo menos en mi caso, se evidencia más la pena por La piel que hábito, una posibilidad muy real de premio a mejor película de habla no inglesa.

LO MEJOR: Una espectacular María León que se quita el sambenito de ser la hermana de Paco, con un papel que no es cómico (al que está ligado su hermano), y que seguramente sea digno de Goya.
LO PEOR: El tema tan manido de la Guerra Civil. Se hace ya muy repetitivo tanta matraca de fachas y rojos... es un estigma que el cine español arrastra, y que esperemos algún día supere.
NOTA: IMDB: 5,8. Filmaffinity: 7,1. PyP: 6. No llega al nivel de la novela de Dulce Chacón, pero es una obra digna de ver. Los amantes de las películas de posguerra disfrutarán muchísimo, y sobre todo, saldrán con un nudo en el estómago. La historia llega muy dentro, pese a ser previsible y repetitiva en la temática.



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