02 febrero 2011

Road to the Oscars 2011. Crítica: El discurso del rey

Parece que todas las ediciones de los Oscars tienen que tener su toque británico. En 2011, ese toque lo da El discurso del Rey, la película de Tom Hooper, que quiere catapultar a esta historía sobre Jorge VI y a Colin Firth hacia el máximo galardón.


Y es que son muchos los rumores que apuntan hacia esta película para que arrase en la gala de los Oscars de este año ¿Es realmente para tanto? Bueno, primero habría que ver la pasión que tiene la academia por las peliculas inglesas. Todos recordamos cintas que han optado a mucho en los Oscars, como Orgullo y prejucio, The Queen o Elizabeth. ¿Cuantas merecían estar ahí? Con esto no quiero decir que sea una mala película. Todo lo contrario.

La película cuenta la transición del reinado de Jorge V a Jorge VI, con la renuncia de su hermano Eduardo VII al trono. Pero el problema de este rey es que desde que tenía cinco años, sufría una gran tartamudez. Eso en otro trabajo no sería una gran complicación, pero al ser de la familia real, sus discursos al pueblo eran muy necesarios, sobre todo tras el descubrimiento de la radio. Su tartamudez es tal, que es incapaz de dirigirse a la nación.

Para tratar este problema, su mujer Elizabeth le obliga a ir a un logopeda que le recomendaron. Lionel acepta a tratarle pese al fuerte caracter del futuro monarca. Los métodos empleados por Lionel son distintos a todos los que han empleado los demás terapeutas, y no terminan de convencerle, pero al empezar a ver resultados y ver la poca confianza que Jorge V tiene en su primogénito, accede a seguir tratándose.

Elizabeth servía de gran apoyo cuando el duque de York tenía que dirigirse a su público
 Cuanto más avanza el tiempo, la situación de Jorge V empeora y los actos a los que tiene que asistir el futuro Jorge VI aumentan. Tras la muerte del monarca, los escándalos de su hermano heredero al trono se van conociendo, y este abdica al trono por amor. Ahí empieza el verdadero calvario para Jorge VI, que tendrá que prepararse para su reto más complicado: dirigirse a su pueblo para dar esperanzas en la II Guerra Mundial.

Colin Firth no hace un mal papel, y es comprensible su nominación. Meterse en ese papel es muy complicado, ya que un problema como la tartamudez, si no se trata bien, puede parecer una burla. Pero Firth logra un buen toque dramático con ese problema, llegando a propiciar al espectador una gran angustia. Pero quizás el motivo por el que Colin no termina de dar todo lo que puede, es porque Geoffrey Rush se lo come en escena. El que fuera el capitán Barbosa en Piratas del Caribe está simplemente sensacional en su papel de logopeda.

No tan bien como Geoffrey Rush, pero muy bien en un segundo plano, está Helena Boham Carter, demostrando que ahora mismo hay pocas actrices de reparto que puedan estar tan bien. Y es que el reparto de la película está a un nivel tan alto, que Colin Firth termina por esconderse en él, siendo tan solo uno más y viendo quizás disminuida su posible gran actuación.

Geoffrey Rush es el mejor de la película. Sin él, ni Firth ni Jorge VI hubieran salido bien parados
 Pero sin duda lo que más destaca de la cinta es tanto su ambientación como su fotografía. Se logra una estética realmente de principios del siglo XX, con un color tirando mucho al ocre y al gris. Se puede percibir  la situación de aquella Inglaterra solo con visualizar un plano. Pero también cuenta con lo que para mí es un gran fallo: una estética totalmente británica. Si se pusiera una escena de diez segundos a cualquiera, podría averiguar que la película es inglesa. Ese colorido es propio de las islas, y creo que encasilla demasiado al largometraje. Parece que está hecha solo para ingleses

El discurso del rey cae en lo que es una lacra del cine moderno. La larga duración del metraje con historias que no dan para tanto. Y esta no es una excepción. De sus casi dos horas, puede sobrar perfectamente media. Pese a que el tema central es la tartamudez de Jorge VI, los demás temas que se tratan son interesantes, y disminuir tantas vueltas que dan Colin Firth y Geoffrey Rush con su terapia hubiera sido una buena idea

LO MEJOR: Geoffrey Rush y Helena Boham Carter. Han sido una gran sorpresa, no podía ni imaginar que iban a brillar a tal nivel interpretativo.
LO PEOR: La pesadez del tema de la tartamudez. Puede ser el eje de la película, pero tantas idas y venidas, peleas y reconciliaciones con el logopeda, llega a cansar
NOTA: IMDB: 8,5. Filmaffinity: 7,6. Partido y Peli: 7,5. Me he quedado sorprendido cuando vi que esta película ha arrasado en los premios del sindicato de actores. En fin, es una buena película, pero hasta ahora, es la que menos destaca de las que he podido ver. Merece un notable. Quizás si fuera inglés me hubiera llenado más, y quizás ese sentimiento anglosajón es lo que fascina a la academía con las películas británicas. Creo que es uan buena película, pero que con el paso del tiempo debe devaluarse.

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